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La Avutarda, un gigante de nuestros campos.

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La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Empty La Avutarda, un gigante de nuestros campos.

Mensaje por la vara verde Jue Nov 20, 2008 5:45 pm

La Avutarda Común es una de las aves de mayor tamaño de Europa y la especie voladora más pesada del mundo.Aun hoy es posible verlas en los campos de cereales de Camuñas,sobre todo en la zona del Cerro de los Bolos y hacia los limites de termino con Villafranca, Madridejos y Villacañas, es posible que junto al lince ibérico tambien presente en nuestro pueblo en la Finca Don Luis, con una pequeña pero significativa población, nuestros campos sean unos de los mas privilegiados en cuanto a posesión de especies muy amenazadas y de altisimo valor ecológico, es por tanto que nos debemos felicitar por poseer estas dos joyas de la naturaleza. A continuación os dejamos unas notas sobre la avutarda (Otis Tarda)

La Vara Verde os dá las gracias por respetar estas especies




Sus poblaciones, que antaño ocupaban las estepas euroasiáticas, sobreviven hoy en determinadas áreas de cultivo extensivo de cereal.

Muchas de ellas se
encuentran amenazadas por transformaciones agrícolas, desarrollo urbanístico y expansión de infraestructuras.


La Avutarda, un gigante de nuestros campos. MachoAvutardaPalacnWEB6



La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Avutarda57800copia




L
a característica más llamativa de la Avutarda es su gran tamaño. Los machos (a la izquierda), pesan hasta 15 kg, mientras que las hembras (a la derecha) no pasan de los 4-5 kg, y tienen una silueta más grácil y una coloración menos
llamativa.

.
La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Fotoavu1
Se trata pues, de una de las especies con mayor dimorfismo sexual


Durante la mayor parte del año machos y hembras viven en grupos separados. Esta es una de las consecuencias del marcado dimorfismo sexual en tamaño, que determina diferencias notables no sólo en el comportamiento alimentario de uno y otro sexo, debido a sus distintos requerimientos energéticos, sino también en su comportamiento reproductivo, dispersivo y migratorio.

Los machos (bajo estas lineas) desarrollan al final del invierno un plumaje nupcial llamativo, que exhibirán en primavera frente al resto de machos del grupo y frente a las hembras. A ambos lados del pico destacan las llamadas barbas, mechones de plumas delgadas de 15-20 cm de longitud que cada año van adquiriendo un desarrollo mayor en número y tamaño, y que justifican el apelativo de barbones en los machos de mayor edad.

La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-2.2

Los bandos de hembras están formados por individuos genéticamente más afines entre sí que los machos. Son más gregarias y fieles a sus zonas natales que ellos.

Las hembras son casi dos veces más numerosas que los machos. Esta es otra de las consecuencias de la diferencia en tamaño y modo de vida entre ambos sexos, que se traduce en una mayor mortalidad del sexo masculino, tanto por causas naturales, como inducidas por el hombre.


La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-2.3











Estas imágenes muestran la secuencia de la rueda, punto culminante de la parada nupcial, en la que el macho realiza un
movimiento de contorsión de su plumaje para mostrar las partes inferiores blancas y llamar así la atención de las hembras.

La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-2.7.b

La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-2.4La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-2.5La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-2.6
La diferencia de tamaño entre ambos sexos está relacionada con la extrema selección sexual y la poligamia, otras dos características del peculiar sistema reproductivo de la avutarda, basado en la exhibición de todos los machos del grupo en un área concreta y tradicional, conocida como arena o lek, a la que acuden las hembras para el apareamiento.

Sólo los machos más dominantes de cada
grupo podrán optar a la reproducción, aunque cada uno de ellos fecundará a
varias hembras. Éstas serán, sin embargo, las encargadas de elegir al macho con el que desean aparearse.

Posteriormente llevarán a cabo solas, sin la
colaboración del macho, el proceso de incubación y cría de los pollos.



Tras el apareamiento la hembra pone de uno a tres huevos de color verdoso con manchas pardas. El nido es una simple depresión del terreno, apenas tapizada con vegetación seca, enun campo de cereal, labrado o barbecho.Si por casualidad os encontrais uno de estos nidos: por favor, molestadlo lo menos posible y comunicadlo a la guarderia local para su marcaje y que el dueño de la tierra sea avisado para que en las labores del campo no lo destruya sin querer.


La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-2.9

Los primeros pollos comienzan a verse a finales de mayo y primeros de junio, tras cuatro semanas de incubación.
Aunque casi todas las hembras mayores de dos años nidifican, sólo una de cada 8 ó 10 logrará sacar adelante a sus crías, a las que cuidarán y enseñarán durante aproximadamente un año.



La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-2.8

El plumaje de los pollos es críptico, permitiéndoles camuflarse entre la vegetación para pasar inadvertidos ante sus depredadores.

La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-2.11 La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-2.10

La población actual de avutardas de la Península Ibérica se estima en unos 23918-25643 individuos, de los que unos
22768-24493 viven en España.



La Avutarda, un gigante de nuestros campos. 4-1

Población estimada de avutardas en Castilla la Mancha:4775-5500

Año de la última estimación: 1994-2003

Fiabilidad de la estimación: razonable; estimación quizá mínima

Estado de conservación: bueno; vulnerable en algunas zonas.

Las principales causas de regresión de las poblaciones de avutardas son:


La caza
:
Responsable de la reducción o extinción de muchas poblaciones a lo largo del siglo pasado. Su efecto se reduce hoy a un número no determinado de muertes por caza accidental o furtiva, y al riesgo de recatalogación de la especie como cinegética.



La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-6.1
Radiografía de avutarda muerta por caza furtiva




La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-6.2
]Placa alar de avutarda marcada muerta por disparo


Las transformaciones agrícolas


La intensificación agrícola y la transformación de secano en regadío suponen actualmente el principal peligro que amenaza la supervivencia de la especie en muchas regiones españolas.


La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-6.3


Este proceso de transformación agrícola ha provocado, junto con la caza, la extinción de numerosos núcleos reproductivos de avutardas en España entre 1960 y 2000.


Por otra parte, determinadas prácticas agrícolas, como el tratamiento con herbicidas, el laboreo de barbechos en plena primavera, o la quema de rastrojos en verano, destruyen nidos y esquilman la escasa biodiversidad que constituye
el alimento para las avutardas y otras aves esteparias.

En la actualidad existen en algunas zonas de España programas de medidas agrícolas compatibles con la conservación de la naturaleza, que ofrecen compensaciones a los agricultores que no utilizan prácticas agrícolas nocivas para la fauna.

Las colisiones con tendidos eléctricos
Suponen en la actualidad la causa más importante de mortalidad no natural de adultos en esta especie.

El gran tamaño de las avutardas reduce su maniobrabilidad en vuelo y es la causa de que no sean capaces de esquivar los cables cuando se los encuentran en pleno vuelo, sobre todo en condiciones de visibilidad reducida y, especialmente, en el caso de los machos, mucho más pesados que las hembras.

















La Avutarda, un gigante de nuestros campos. 6.5







La Avutarda, un gigante de nuestros campos. Foto-6.4


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